viernes, 12 de abril de 2013

Nueva escuela.


Entre juegos y caídas no hubo mejor maestro que los otros y el asombro. Transcurrían ociosos, instante a instante, esos pequeños resquicios incontables de arena.
El juguete favorito siempre estaba en manos de un indeseable, del maestro mismo. No por ello cedió el deseo, casi ansioso, de poder sentirse suyo más que a la inversa, de tan preciado anhelo con ruedas.
Ahora ella es el recreo, uno en el que no hay que darse prisa para empezar a disfrutar. Es la sonrisa del infante, con una ilusión que sólo las canas pueden apagar.
Después de un jardín de infancia donde las manos fueron lo más parecido a un abrazo, ha llegado el momento con el que la vigilia fantasea, con el que los nervios esperan sentados con el cetro de un mañana sin aliento.

martes, 2 de abril de 2013

Sin palabras


Una vez me quede sin ellas no encontraré más opción que hacer que tu cuerpo se olvide del frío tacto de la soledad sin su ayuda, pero con la tuya. Que jugar con tus muñecas no siempre es un juego de niños.
No creas que están por terminar, contigo he aprendido a encontrarlas hasta debajo de las mesas. Con casi tanto brillo como esos ojos que decidieron guiñar a lo locura y hacer que el tiempo danzara de un lado a otro. Uno de esos lados será nuestro y allí agarraremos a ese reloj para recordarle que este instante es de los dos y de nadie más.
Y ya que compartimos hasta la ropa, compartamos también unos labios que no paran de gritar al auxilio de un loco asalvajado.
Que se sonrojen hasta los espejos.