viernes, 30 de diciembre de 2011

Fría es castilla, marinero

Y qué difícil es reconocer cuando te equivocas. Y más difícil aún cuando has puesto algo más que tus ganas en ello, cuando has jugado socráticamente a hundir a quien tenía razón.
Va a ser cierto eso de que hay palabras con las que uno no puede jugar hasta que las siente. Palabras, traducciones, sinónimos. Pequeños matices que niegan el significado del sinónimo, como mucho similar.
El vocablo causante de más de un nudo, de más de un gesto de duda y asombro, resultó ser la morriña.
La explicación científica que quede escondida en un cajón, pues no va a servir. Es en la distancia donde todo cambia, o donde todo se multiplica. En un estado de progresión exponencial de nostalgia, las agujas comenzaron a mostrar su lugar.
Este es el lugar de las agujas, que no el mío. Este es un sitio lejano, frío, hiriente. Cuna de poéticos reconquistadores, de algún molino a lo lejos y de caballerías. Esto puede ser muchas cosas, tener muchos adjetivos y muchos sinónimos, pero no hay otra palabra que defina lo que un forastero experimenta aquí que esta: Morriña.


Que volverá la brisa húmeda y salada, y con ella yo me iré.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Setenta y dos divanes.

Hablaba de monedas, de azar y de su capricho. Somos pocos lo que pecamos de reflexivos. Pecamos de improbables. Respiramos en el cuento de lo simple, que no sencillo, y dicen que los comunes no acostumbran a tumbarse en el diván de la crítica.
No siempre hay una bella moraleja con la que diluir la fatalidad de nuestros actos; de los aciertos, ni hablamos.
Sin moralejas, princesas ni dragones, y aún así, seguimos invirtiendo nuestro tiempo en el a veces catártico, a veces doloroso diván.
Con preguntas creo huecos, que con respuestas lleno. El cielo está para observarlo, no para interpretarlo.
Sólo el cielo y la lluvia son dogmas. Los miro, los siento, pero no los cuestiono.
Somos improbables, empapados y cuestionados. Un objetivo, mil caminos y mil enlaces. Somos lo que queremos ser, lo que nos dejan mostrar, somos únicos y somos más de uno.
Somos cantos de una moneda, música del azar que se volverán a cruzar.

domingo, 25 de diciembre de 2011

And nothing else matters

Poco importa tu pena si mañana sonríes. Poco importa el detalle si al poco te olvidas. Realmente, poco importa lo que no recuerdas mientras fumas, mientras duermes, o cuando despiertas.
Piensa, juzga, omite, miente. Elige verbos, el mío es ignorar.
Si las palabras son música y la música placer, es importante conservarlas.
Si levantarse es un regalo, y acostarse una necesidad, es importante recordarlo.
Escoria vive del pasado, joya, del presente. Hagamos un colgante de presentes.
Olvidar el momento recordando infancias que recuperar en un futuro. Necedad propia de un necio, propiedad del necio y recurso del triste. Recurso del triste que engalana su penuria con euforias de cartón piedra.
Si hundí el barco en el lago, si acepté el consuelo del ciego, si construí castillos de ceniza, una vez más, poco importa.

sábado, 24 de diciembre de 2011

La lechuza y la rama

Un suspiro meditado, agasajado por la conciencia tranquila. La respuesta correcta a una pregunta mal formulada. Entre vaivenes, nieblas, y algún que otro tren, descansa la finita perfección mortal.
La fugacidad más persistente, poseedora de mi más ansiado gesto, inspira y crea entre los rostros algo similar a una emoción.
Ladrona del semblante, malabarista de emociones. Divina comedia de guión imprevisible.
Esa era, a veces es, y quién sabe si será.
Ni se crea ni se destruye, sólo se esconde. A veces más, a veces menos.
Se presume que está, como presume de su signo.
Vuela.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Dahaka

Se fueron sucediendo los días suficientes hasta que el definitivo llegó. Hicieron falta dagas, escudos, sangre y lágrimas. Muchas lágrimas.
Fue necesario ser paciente para reunir a un ejército imposible de ser derrotado. La esperanza no abandonó la partida más severa de mi tiempo. No le dejé, no me dejó.
Renegar de tus líneas. Caminos, destinos y linaje. El enemigo te quema mientras le vences. Todo en él es dolor, todo en él es cicatriz. Huellas de un conflicto. Recuerdos de un hogar.
El punto de inflexión será la consumación de la victoria. El orgullo de la honestidad, el honor de mantenerte firme en mitad de llamas y tempestades.
Regalo mis bienes más preciados, mejor tasados, más útiles. Pero no deshecho mi tiempo ni mis valores.
Seré uno y trino, si es preciso. Seremos un mundo contra un bache. Seremos fuertes, observando el Sol.
El peso de los hombros ha sido aliviado por vosotros, y juntos, una vez más, seremos uno.
Uno y trino.

martes, 20 de diciembre de 2011

Chin Chin

Una muesca más y ya van veinte. Los que tienen treinta se mofarían sin reparos. Los que ya alcanzaron los cuarenta ni le prestarían atención, pero quizás los que no rebasan la década me entiendan.
Una vez sobrepasada la línea numérica que separa cada etapa, es momento de asumir la siguiente e intentar hacerlo con la confianza que tendrían los de treinta muescas, pero sin prestarle demasiada intención como los de cuarenta.
Las muescas están para encajar algo en ellas, y pese a no tener claro el qué, confío en descubrirlo poco a poco.
Afloran canas, pero con ellas las posibilidades que te ofrece un número más. Es pronto para arrugas pero no para aceptarse a sí mismo. Hay gestos de la infancia que se conservan, y mientras así sea, no habrá motivo para arrugarse.
Es tiempo de celebrar que el calendario se acuerda de ti, y que se irán llenando huecos.
Que un día es un día, y trescientos sesenta y cinco un año, y mañana un poco más.
“Nada que celebrar, todo por olvidar, pero no se nos olvida, ni vivir ni brindar”.

sábado, 17 de diciembre de 2011

El lápiz del minero

Con las manos manchadas de tinta, miro al suelo levantando la vista. Siendo artista la perspectiva es bien distinta.
Cambié los colores de una realidad extinta. Ni blanco, ni negro, ni gris. Transparente es el trazo del lápiz que ya casi ni pinta.

viernes, 16 de diciembre de 2011

El sauce

En un primer momento rechacé la excentricidad. No buscaba la diferencia descorazonada. Fueron pasando momentos y en el penúltimo llegué a rozar la idea abstracta de aquello que me hubiese encantado abrazar.
Las similitudes y sus antónimos desaparecieron lo justo para poder recordarlas. Justo o necesario siempre querré más.
El deseo se convirtió en sueño y el sueño en esperanza. Fue avanzando la metamorfosis hasta ya no quedar nada.
Y ahora, en el más olvidado de los escondites, habita esa semilla que alguien desechó , y alguien intentó no recordar.
De nada vale la cabeza si intentas acariciarla con las manos.
De nada vale amar a nada, pero eso nadie lo dirá.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Ex libris

Minimizar dolor, maximizar placer. Hedonismo o supervivencia. Masturbarse mientras sonríes en un funeral. Macabra opción. Si mañana acaba todo no me lo digas hoy, dímelo en el momento y déjame huir del aviso.
El mensajero suele suele ser blanco de odio, y no me extraña. Dar malas noticias es poner tu foto a la tragedia. Usted tiene un tumor, llamémosle asperger.
Siento la necesidad de despojarme de los móviles. Son la cara del sufrimiento de la mayoría. El tiempo pasa y mientras un amable ciudadano buscaba ver su correo, se enteró de que su vida era un asco.
Antes era más humano, veías un rostro, un par de gestos, lenguaje corporal y verbal. Ahora contemplas ese compendio de plásticos mientras te das cuenta de la gravedad del mensaje. Pero nadie disparará sobre el aparato. Han acabado con la legítima venganza irracional al portador de la información. Tampoco puedes planear atentar contra la empresa, ya que probablemente esté en manos de judíos y eso del antisemitismo pasó de moda. Antes incluso que el hábito de mandar cartas.
De mi puño y letra, así serán mis más temidos mensajes. Quiero que me apuñalen mientras cumplo mi cometido. Un mártir de la información. La honestidad tiene un precio.
Ni la justicia de dios ni la de los jueces. Onanismo en misa. Lágrimas en sueños.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Odisea en el lodo

Despacio, con calma. Así quiero moverme en el fango. Con calma.
Si las palabras se repiten, las ideas de difuminan y el verdadero sentido de todo hace casi una década que decidió convertirse en pasado, ¿por qué esa obsesión por la agonía?.
El fango no era la idea de presente, antes futuro, que tenía en mente. Pero no está tan mal. No se puede ver el reflejo, y eso ayuda.
Respeta mi barrizal y yo respetaré tu palacio de errores.
Dicen de los nómadas que no tienen hogar fijo. Un verdadero nómada no deja de estar nunca en su hogar. Lo que diga la poesía no nos interesa. Creo que siento y creo que bien.
Decisiones, coacciones, desvelos, familia. Consecuencia lógica de poseer la misma carga genética. Permisividad, estupidez, dolor.
Los lazos ahora están donde deberían. En un cajón.
Cuánto fango hay en ese cajón.

sábado, 3 de diciembre de 2011

El Rey Scar

Amante de los males, de ellos saca su divertimento. Las tropelías del orden y la bondad infunden en una conciencia activa algo más que hastío, provocan el odio a una realidad que se estanca en el pragmático sentido de la vida que la voz del pueblo predica.
Esto es el mundo al revés, los buenos sólo son máscaras que esconden maldad y los malos disfrazan su bondad en forma de incisiva ironía que desquicia a más de uno... pero su esencia es buena.
En este Theatrum mundi lleno de falsedades, hipocresías y triunfos de los mediocres creo que no acabo de encontrar la forma de tolerar todo eso. Soy un actor de primera pero no estoy sindicado, y no me atrevo a mostrar la máscara que he escogido por si el rostro real resulta más difícil de adaptar al escenario.
La alegoría del teatro es perfecta, es una salvación envenenada, ya que las consecuencias de una rutina de apariencia minan la moral de cualquiera y te dejan tirado en una cuneta.
El desprecio al creador provoca un daño imposible de reparar. El poder reside en el que camina luciendo cicatrices. Algunas más desagradables que otras, hay quien las encuentra atractivas.