lunes, 5 de agosto de 2013

Se cierra el telón; risas, aplausos y una comedia americana.

Ha pasado mucho tiempo. Tanto que la sorpresa es más una consecuencia lógica que, pues eso, sorpresiva. Dicen de la sorpresa que es la emoción más extrema del ser humano, la que más altera en menos tiempo. Viene y se va. No ha sido así con el Rock del Asperger, y ahora hablo como una especie de narrador, uno que además de narrar elije, en este caso, el fin de este trabajo:
Cualquier hijo de vecino, casi me atrevería a decir que todos los hijos de vecinos, dividen su vida en algo que las comedias románticas han denominado "etapas". Estas fabulosas, en el sentido más RosaDieciano de la palabra, "etapas", no son si no una manera más o menos eficiente de separar, cortar o dividir nuestro espacio de tiempo y todo lo que ello contiene en diferentes parcelas. De esta manera uno nunca dirá "mi vida es y ha sido una mierda" si no, "he pasado por una mala etapa". Es casi como la gubernativa definición de "pérdida", más conocida como "crecimiento negativo". Ciñéndonos al caso, puedo decir que no he pasado por una mala etapa, si no que mi vida ya no es lo que era. Suena autocomplaciente, pero es que las comedias románticas también me han enseñado a racionalizar.
Dejando un poco la pluma a un lado, cualquiera que haya tenido el placer o la desgracia de leerme sabe que lo escrito no ha sido más que el reflejo de la vida misma en general y muy particularmente de la mía en especial. Todo teñido de un número impar de círculos cromáticos, mentiras semánticas y bilis emocional. Mi intención siempre ha sido única y exclusivamente catártica, otras un poco más sadomasoquista, pero siempre pretenciosamente no pretenciosa. Sin aditivos que llamen la atención a la masa, pero sin buscar lo suburbano, asumo la alegría de saberme leído, escrito y hablado. Hasta las piedras piensan si les aplicas (¿la chispa adecuada?) o un escenario Burtoniano. Sin culpas ni gracias, ese es mi estilo.
Por todo aquello que ha ido sucediéndo(me) en esa línea finita que llamamos vida, ahora este traje ha perdido su sentido, su porte y casi podemos decir que su maniquí. Es la hora de los cambios. Una hora de aventuras que espero dure muchas etapas, a poder ser de las que se recuerdan con una sonrisa y no con una moneda al aire.
El Asperger ha decidido no decidir y empezar a dejar que sean sus zapatos los que marquen lo que pisa y no la obstinación por permanecer en ese rincón oscuro y literario donde detrás de un rebuscado traje, chaqueta, corbata y dos metáforas, decir que un par de mujeres me han devorado el corazón y otros tantos órganos.
Ha sido un placer engañaros, pensando que me entendíais.
(susto)
Fin del último acto.


Cheie

Una letra separa mi vida de mi tierra. Su nombre es casi un guiño celeste, el de alguien que quiere insinuar que la risa no era risa, y ni forzada ni azarosa la llamaron alma. Quizás sus labios sean la patria por la que el mercenario renuncia a dádivas y honores.
La delgada línea que separa el cuento de la memoria abarca duendes, lobos y héroes de Castilla.
Melibeo destino el que puede me acompañe, que ni lengua ni ropajes distan de una unión digna de ser escrita. Como un candado con llaves de cera, fundiéndose por el calor al que se han acostumbrado desde hace.
Yo deseo como un preso y en primera persona, que mi condena es el saludo de una muerte que se dejó ver para que quedase claro quién es la única que puede separarnos.
Eso de la fuerza es cosa de tres, donde dos somos nosotros y el tercero un tren que llega a su destino.


lunes, 8 de julio de 2013

She will

Alguien debe haberle regalado un Don cada día, cada segundo. Cada vez que osa compararse compra antes una botella de champagne. Se sabe lo que es, única como el amor de Marley.
Sólo los que venderíamos cuerpo y alma por una delicia podemos decir con orgullo que la vida intensa cansa, pero compensa.
Es el día que no puede mejorar, sonrisa mediante; más sería desafiar a ese cielo que esperamos saborear cuando caiga la noche. Su baile es música en unos ojos negros, amor en el verde.
Si no hay mar cerca puede bañarse en el éxito que es la piel de una Reina. Por cetro el diamante que observa, el trono que la acaricia cuando su sed no puede calmarla cualquiera.
Ella lo hará.
Escribí su nombre en cada muro, en cada cigarro y en cada beso.
Escribí sus sueños en cada almohada y se han cumplido hasta los imposibles
Quizás un día brille su ausencia y cuerpo y alma hagan el amor a su recuerdo.
El Sol se va igual que viene si es con ella.
Podrá haber muchas rimas pero sin su sonrisa no hay verso.

sábado, 22 de junio de 2013

Ojos de búho

La memoria de una colina es el recuerdo de sus gentes. Las gracias tales como un trueno, dos rayos y un número infinitesimal de gotas de agua enmarcan un cuento tan agradable como certero; ahora discutan los hongos divergencias entre certero y cierto. No será éste el papel que plasme tales majaderías para el alma, tan lógicas en un manual de gramática.
Caminando en el locus, por y para él, dos esquivas lechuzas. Capricho volador eso de tener pies. Ellos tenían patas. Cuando uno pía, otro escucha. Terror si pían ambos.
Una vuela, más tarde vuelve. Ha estado lejos, se le ve, se le intuye. No cede en su anhelo de revolotear, bestias perciben el ahora caduco aroma a sangre.
Corren juntos; este es su lugar más pueden observar cientos, sólo levantando esos picos. Lo que quisieran es comerse en el aire. Aún es pronto pero “ahora” lo es más.
Llegará el momento que nadie en la colina desea. Más pronto que tarde, más pena que ilusión.
Es justo que los rapaces vuelen, como lo es picarse las alas buscando un poco más de pies.
Sea como fuere, un cuento aún no dicho.
Ese nocturno pensador daría su vuelo por pasear por la colina, si es el rapaz el que revolotea a su alrededor.
Vida(s). Rara avis y un futuro. 
Conozco un lugar en el que...


miércoles, 29 de mayo de 2013

El sueño Dahmer

El asesino es un buen hombre. Así, sin más. Su número final consiste en ser reloj, envuelto en una tenue capa de celeridad. Sonará a delicioso eufemismo en oídos toscos, quizás más grave en los zafios y un abrazo a los culpables.
En la ciudad de los malos humos perder algún sentido es hasta gratificante. Esta es la pista que deja la acción, la levísima prueba de que hay algo que late.
Cada punto y cada coma están desgranados en la memoria de un ente que, sin ser más que cuatro letras, acertó con un alfiler a la cara oculta de la luna.
Oficios.
Lo obstinada que es la idea turbia y esquiva de las alucinaciones. De los alunizajes aún no ha dicho nada el príncipe, pereza mediante. Ya le dejarán.
Virtudes.
La corriente alterna entre vida y muerte, entre día y noche, entre yo y todos. El titán restó de más en los cálculos conservadores, pero tranquilos muchachos, saldrán las cuentas.
Vida.
Decía el adicto que ser reloj estaba mal visto, y ahora le doy la razón. Jeffrey no tuvo navidad.
Si hay un verbo que nadie debió siquiera molestarse en escribir es el esperar.

Denle fuego al asesino, que se lo ha ganado.

jueves, 23 de mayo de 2013

El sueño del loco



Ver cómo tus ojos ya no tienen dónde esconderse, tu cuerpo tiembla entre las ansias y no recuerdas el reposo ni durmiendo.
Si no recuerdas no es por mala memoria, si no por esas manos que te hicieron borrar hasta tu nombre, camuflado entre unas sábanas que por amor y pasión no quieren dejarte descansar.
Pasión parece poco cuando hablamos de no hablar, cuando hablamos de sentir con los labios empapados.
Mientras yo estoy perdido, tú pronuncias el deseo rasgando una espalda que es tuya y de nadie más.
Sólo consigo pronunciar el anhelo de que sigas cerca, de que no te quedes quieta.
Necesidad de un hombre afortunado, que puede decir que su lengua juega más que cualquier prenda con tu cuerpo.
Más tuyo que de nadie más, quiero hacerte mía. Quiero que “nosotros” sólo venga unido a fiebre sin cura, sudor que ahoga el miedo y una respiración que amenaza con la retirada.
Hay muchas formas de morir, casi tantas como posiciones en un tablero infinito formado por dos locos que sólo temen no estar juntos.
Después de morir, renacemos y volvemos a asesinarnos, con una mirada que nunca queda en aviso.



domingo, 19 de mayo de 2013

Ser tres

Las mismas letras que a veces bailan sutiles, otras chocan desacompasadas. No escuchan el ritmo de los pasos; primero uno, luego otro. El director clama la ayuda de tres abecedarios griegos por debajo del papel.
No hay batuta que valga dicen los músicos, impotentes al ver desvanecerse las gracias que sus alientos pintaban en el escenario.
La pregunta no sólo había perdido el sitio, echaba de menos tanto su hogar como su sentido.
¿Dónde sigue ese magullado danzante ahora que ha decidido ser música de corazones?
Ni las letras ni los papeles dieron con un suspiro de alivio. Ni siquiera un público entregado a la duda fue el primer movimiento hacia el Sol.
No importó el escenario, ni la hora ni el lugar. Importó lo mismo el reloj que mil arenas. Nada.
Como ya hizo cuando todo iba precedido por un Tic Tac, ella fue la que ordenó sin juicios este desierto quemado.
Y ahora danzan en silencio.



Que alguien dibuje ese beso.

domingo, 12 de mayo de 2013

(A)divina

Conmigo no baila flamenco ni bulerías
vive Galicia mientras canta que está lejos
sabe que soy yo quien la mira
que es mi tesoro, maravilla de sus ojos el reflejo

La escribieron torpe sin saber decirle que es un beso
como quien bebe vacío un vaso así quisieron, y el corazón ileso

Es la sed mi amiga ante el temor a saberme escaso
¿Qué es robarte tiempo y darte alas?
Es esta lágrima la que si me dejas llenará

Un par de copas, o ese vaso.

miércoles, 1 de mayo de 2013

A los niños hay que dejarlos en paz

Eso del silencio es complicado a veces. No sé si las grandes guerras tuvieron algo que ver, pero ahora hasta se piden explicaciones arma en mano. Como si las manos no lo fueran siempre.
Mi silencio no es diferente al resto, sí quizás mi lápiz. Emperrado en que no iba a describir más lágrimas se escondió hasta vivir. La llamo vida, mi reina o mi ruina.
He contado el infinito un número irracional de veces y no es para tanto. No llamaría historia a esa tensión lógica de miedos y derrotas. Tercera guerra mundial de leyes injustas que duró tres docenas menos las primaveras de un quinceañero.
Si la leo de reojo no es que sea tímido, es que prefiero que me vea jugar. La felicidad es cosa de niños desde el momento en que los mayores se emperran en sufrir. Yo la busco con mi caramelo y mi gorra, que la barba es un accidente y el pelo un chiste. Nos vemos en el parque.
Que no os engañen los poetas, la unión se escribe en braille. En la espalda o en la boca con tal de estar juntos. Y después de tantos años, empieza el tiempo.

 Para llegar al cielo hay que pasar por Roma.

viernes, 12 de abril de 2013

Nueva escuela.


Entre juegos y caídas no hubo mejor maestro que los otros y el asombro. Transcurrían ociosos, instante a instante, esos pequeños resquicios incontables de arena.
El juguete favorito siempre estaba en manos de un indeseable, del maestro mismo. No por ello cedió el deseo, casi ansioso, de poder sentirse suyo más que a la inversa, de tan preciado anhelo con ruedas.
Ahora ella es el recreo, uno en el que no hay que darse prisa para empezar a disfrutar. Es la sonrisa del infante, con una ilusión que sólo las canas pueden apagar.
Después de un jardín de infancia donde las manos fueron lo más parecido a un abrazo, ha llegado el momento con el que la vigilia fantasea, con el que los nervios esperan sentados con el cetro de un mañana sin aliento.

martes, 2 de abril de 2013

Sin palabras


Una vez me quede sin ellas no encontraré más opción que hacer que tu cuerpo se olvide del frío tacto de la soledad sin su ayuda, pero con la tuya. Que jugar con tus muñecas no siempre es un juego de niños.
No creas que están por terminar, contigo he aprendido a encontrarlas hasta debajo de las mesas. Con casi tanto brillo como esos ojos que decidieron guiñar a lo locura y hacer que el tiempo danzara de un lado a otro. Uno de esos lados será nuestro y allí agarraremos a ese reloj para recordarle que este instante es de los dos y de nadie más.
Y ya que compartimos hasta la ropa, compartamos también unos labios que no paran de gritar al auxilio de un loco asalvajado.
Que se sonrojen hasta los espejos.

domingo, 24 de marzo de 2013

Nieve en el pantano


Ahora que el infierno es un limbo otra vez, quizás es este día el que ya sobra
la única ventana se quiere mover, a un rincón donde la luz te bañe nueva
es ese perfil el que me desespera, valiente ha caído la nieve siendo primavera
y sin más prisa que la que ella crea , cuando el mundo va al revés hay quien llora por Roma



Y quien dice llorar, dice susurrar a los leones. Muchos verbos para una sonrisa. Casi tan bello su rugido como su peligro, si al final soy yo tu presa no dejes ni un hueso.

miércoles, 20 de marzo de 2013

El cielo verde


Bendita sea esta ceniza imperecedera que ahora está dentro de todos. Bendita sea despacio, mar de pecados que desnudan con furia y arañan con amor. Bendice también la luz que he visto al entrar en el extraño pasadizo de la locura.
Esta mirada bañada en luz, con la profundidad del más profundo túnel, con la maldad que hace llorar de risa y con los dedos que se cruzan por no soportar más felicidad.
No he vivido nada, he estado recordando. Y es éste recuerdo de ayer el que observo en las heridas de mi espalda. Asalta la duda ver que sangra.
Quizás no eran recuerdos.
Y yo qué sé qué es y menos qué será. Yo lo que sé es que no quiero saber nada. Que quiero música, que quiero Sol y que quiero un fuego que cubra de llamas este cielo gris y desangelado.
Quiero Señor, quiero después de ser bendecido por un Santo, también bendiga este maravilloso pecado que me ha dejado en mitad de la autopista más preciosa que ver he podido.
Muchos tiñen su cabello de verde pero pocos sus ojos. Decoran su armario y no su alma, cortan su barba y no su miedo.
A todos aquellos denles amor. Sin más prisa que la del Santo que pecó despacio, que ordenó el fin del orden, que besó sin pensar y pensó sin besar.
One love. O dos.

jueves, 14 de marzo de 2013

Bless the child


Hay una canción que hace salir el sol. Pero es difícil hacerla salir.
No es una canción al uso, te lleva a otro lado, al mejor, quieras o no desapareces. Es casi perfecto. Pero desaparecer sólo es aparecer en otro lugar. Las notas de color destiñen la lucha unilateral entre sonrisa y muerte.

“Sólo con oídos, sólo sin odios; Dios es uno y trino, tú conmigo solos somos dos.”

Una línea, sólo tengo eso y me sobra. Y por si acaso, decenas de hojas bailan su aroma entre mis dedos, esperando que las escriba, que me escriban despacio; plasmen con el fuego como testigo y el humo la prueba de que esta paz no ha sido escrita, ha sido vívida y vivida.
Creo que dicen algo, no les oigo con el coro que afina ocioso su delicia en mi alma.
Una más.

“Y ya que somos dos, seamos miles, que unos labios se comparten pero la felicidad ni hablamos.”

Bless the Chill.

jueves, 7 de marzo de 2013

A puerta cerrada.


Ahora que se han llevado hasta las esquinas, que los inmuebles volaron a la par de fungibles besos, esta habitación se ha quedado pequeña.
Sin más decoro en la despedida que la interrupción de su anhelo, ha abandonado este desgastado paraíso.
La compañía de una esperanza viene de la mano de una punzada infinita, de las que dan las buenas noches a cualquier hora del día.
Las mejores galas no han ido acompañadas de buenas telas, no tantas como telares.
A la misma hora de ayer, de mañana y de cinco minutos antes de ese beso, esta habitación se ha teñido de gris, para que no le reconozcan.

martes, 26 de febrero de 2013

O´Malley


Qué sonrojante es la luna de ayer. Con todo lo que ella ha cambiado, se sigue dejando ver en los arrabales. Consumidores del frívolo erotismo están de enhorabuena, a medianoche empieza su función.
Por no llevar no lleva ni telón. De acero ni de vergüenza. Música que excita a las gatas sedientas, ahogadas en el líquido elemento.
Qué soez es la memoria; qué palabras teje. Con todas esas historias se hará un vestido, con el que trocar las hieles en busca de algo que poder plantar.
Va arrastrando un muro y mil llaves, sin más esperanza que el abandono de la fuerza que la sujeta al suelo.
Su pena ha florecido hermosa. Pena que no la vea, pena que no se toca.

domingo, 24 de febrero de 2013

Sin devenir. De nuevo.


El fuego de la vida nunca perdía pasión; con la misma fuerza que cazaban su necesidad, hacían el amor a su destino.
Nunca se apagaba bajo el soporte suspirado de ese cielo inalcanzable.
No crean lo contrario, en el fondo nadie lo quería alcanzar. Era su abrazo más satisfactorio que su conversación.
Ellos eran amigos de su cielo. Lejano amigo que siempre les observaba con ternura, siendo amor el tributo por una canción.
La historia no tiene fin, ya que, como dijo su cielo, tampoco tuvo un principio. El tiempo no se mide si no en noches, y si alguien duda de ello, las nubes le hacen entrar en razón.
Y en cuestión de despedidas, recuerdo que...

Sin devenir



... con un punto, continúa esta historia y así siempre.



las cosas más interesantes están Debajo del cielo. Debajo del mismo cielo juegan tierras completamente diferentes. En uno de ellas , donde la sonrisa celeste , vivían ellos. Ellos, ellas y un mundo.
En ese lugar no había nada que no debiera, mas no era un sitio perfecto. Ellos decían que ese sitio estaba más arriba, y a él ofrecían sus mejores momentos de libertad bajo el son de la música que los padres de sus padres habían encontrado.
En esa tierra creían firmemente, casi tanto como su suelo, que nada que respirara era dueño de nada, que nadie vivo podía dotar de realidad a algo. Eso era cosa de la nube azul.
El cielo creador regaló mucho a esos ociosos personajes, simplemente permaneciendo en su sitio. Podría haberse movido a otro mundo, pero era un precio que ni la más impulsiva deidad pagaría, no podría escuchar la música desde allí.

sábado, 16 de febrero de 2013

They dont care


-Así que el plan era huir del karma. Bien podías haber encontrado un objetivo menos duro. Es casi la rendición de las palabras.
-Déjalas de rodillas, a donde vamos no dependeremos de ellas.
-¿Hablas de morir ya?... ¿dónde está la esperanza?
-Hablar es otra palabra, cíñete al plan.
-Entonces... ¿Ahora qué?
-Relájate y disfruta, tenemos una eternidad por delante.
-¿Y el karma?
-Hay que ser demasiado cruel para castigar con algo infinito, ni lo pienses con palabras.
-Apaga el Sol.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Vivir en llamas

Yo sólo le he pedido que se vaya. Esa vieja sombra, que recuerda aquello que aún no he podido decidir. Cada día, antes de que pueda darle la bienvenida al sol, ella se retuerce bajo las sábanas. Me abraza despacio sabiendo que puede permitírselo, que no podré escapar.
No duermas lejos, parece que dice, mientras me nubla la mirada y hace que la luz sea metáfora del crepúsculo que lo ocupa.
Es este lejano desierto, moramos solos. Solos los dos sin nada que nos indique el norte, ni el sur, ni dónde existe una brújula. Somos vulnerables a ese incansable repetir, a el oscuro devenir, que la sombra ya ni sabe porqué le ha abandonado con un desalmado.
Abrir los ojos es ahora vieja costumbre, nostalgia de cuando veíamos, futuro de un final. Déjenme con ese final a solas, que se haga la luz y pueda ver dónde he perdido la fe, dónde están las huellas de este insufrible placer que ha sido perderme.
Hágase la luz, pero que se haga despacio, que aquí hay seres que todavía duermen.

lunes, 14 de enero de 2013

Camino a la perdición

Ni sombra del enemigo, violadas las palabras. Éxtasis de ansias ruborizadas. Se han excitado hasta las comas, esperando el punto y final.
Se va abriendo paso sin ternura, con la garra de una bestia que ha renunciado al control de los instintos. Y ya se deja, miren cómo se deja, en un silencio amplificado con mil micrófonos, con mil gemidos.
Y cae la noche, que se lleva el pudor a la cama. La ira hecha dolor, el dolor hecho pasión y de ahí sangre salvaje.
Que le jodan al frío hasta la fundición. Que le jodan hasta el hastío, hasta el cansancio de la carne. Uno tras otro, el que no cae se levanta, en busca de un pedazo de hiel. De saliva escritos los poemas que recitan los cuerpos.
Claridad al otro lado de la luna, en la más oscura nada, deja que te enseñe el camino con los ojos en la espalda.

martes, 8 de enero de 2013

Sólo media luna

Cuando el cetro de Atenea calló bajo la frágil posesión del derrotado, se hizo la luz en todo el imperio. Imperio fértil en historias, en vidas y en futuros. Fue la vida quien hizo su entrada triunfal, apagando los fuegos de la rabia, ahogando el humo del vacío. Alzó su mano en busca de la fuerza que le había permitido luchar por su destino, dejando atrás las cadenas de la circunstancia, el devenir poético que le había hecho perder la fe en más de una ocasión.
El justo descanso del guerrero no podía llegar hasta desprenderse de la carga del deber. La carga de enseñar el camino a los más pequeños. Otorgarle la clave del Sol a aquellos que tendrían que derramar anhelos por ella. 
Escondan luz donde quieran, guárdenla donde puedan y aún así no será bastante. Conserven luz, hijos de la tierra, pues allá donde los días no vienen a caballo del sol, las noches no cesan en su lúgubre cometido.
Siempre que se habla de batallas se obvia la más importante, que no es más que la siguiente.
Cinco líneas para conservar la clave del Sol, cinco líneas para proteger la luz. Sosteniendo Atlas el devenir, sin que nadie se percate.

lunes, 7 de enero de 2013

Syntax error

Hasta las creaciones más divergentes comparten  menudeces. Cierto psicópata con una chaqueta y varios crímenes a su espalda gustaba de escuchar buena música en un bar elitista del centro. Una pobre contradicción. Amigo de un cínico hipocondríaco, el cual fumaba casi tanto como el miedo que le daban los aviones. Los dos acostumbraban a charlar sobre todo aquello que careciese de importancia. Las cosas importantes vienen en papel reciclado y ellos ante todo eran élite inservible. Bueno, no del todo inservible, en los bares casi cualquier cosa podía acabar en su mesa. Digamos que apuntaban en una libreta las veces que le robaban caramelos a los infantes y luego comparaban lágrimas.
Cierto día, en mitad de su andanada política, dieron alas al drama y segaron casi tantas vidas con un par de armas que con los cientos de palabras a la nuca que ya habían dejado escapar.
A partir de cierta edad no resulta tan divertido ver brotar el rojo elemento, tan caduco como inerte. Vampiros del arte más antigua y sin caer en terreno de rameras, allí los tienes comparando gotones.
Dele un café al asesino, que se duerme.

martes, 1 de enero de 2013

Before i forget

Antes de que me olvide, permítame decirle que ojalá no la hubiera conocido. Permítame decirle también, ya que la noto con ganas, que su hogar es ruina de facto y además de ciego hay que padecer de un desinterés enfermizo para no percatarse de ello. Uno hasta se olvida de lo sencillo que puede resultar respirar cuando está a mares y algún vuelo de mi.
No es mi humilde persona poseedora de mucho bien, si bien a malas soy bueno. Tampoco poseo muchas verdades ni perennes perfecciones;  y aún así mi hemisferio vanidoso se cree poseedor de la más absoluta razón cuando excreta descripciones de su tan señorial escoria.
Su excelentísimo pedazo de basura en tierra permítame y ahora por placer, ya que veo del todo improbable que consiga olvidarlo, decirle que me repugna la sola idea de volver a soportar la mirada en tan sucio paraje.
Ahora que me percato, creo que me he dejado las palabras decorosas en el otro pantalón, y en este justo instante sólo ansío ver en llamas lo que en mi tierra se llama ceniza, lo que en la suya se llama cultura.
Si le apetece, dama del averno, podemos discutir sobre ello, pero con tierras de por medio; con historias, tiempos, descansos, vidas, muertes, lágrimas y sobre todo naciones por medio. Por arriba, abajo, acción u omisión.
Estoy seguro de que me he olvidado de algo.