domingo, 29 de enero de 2012

Primera persona singular

Sin saber muy bien porqué, fuimos precipitados, en el fin de un vaso sin fondo. En el fondo de una intención superficial. Fuimos lluvia de verano en un Sol de invierno, fuimos antítesis en simbiosis. Sintetizando, fuimos lo que somos y sin cambio alguno. Fuimos dolor en la unión y risa en la distancia. Fuimos nada y fuimos todo.
Fue un pretérito perfecto, una perfecta catástrofe. Una seca y sedienta tormenta perfecta.
Es un presente simple, sin difícil sentido, ordenado y acicalado de forma poco sutil.
No hay futuro perfecto, ni presente absurdo. Siempre simple, no siempre indicativo pero... desde luego no pluscuamperfecto.
Problemas con el Verbo, su santísima trinidad.
 La segunda persona.

jueves, 26 de enero de 2012

Deslumbre a la iluminación

No es la primera vez que se dice ni se demuestra, y no confío en que sea la última.
No muy lejos del principio se mandó la correspondiente correspondencia, aunque se antoja ahora disgregada entre las bilis y las ansias de cambio a un tercero.
Es la obra independiente más deseada de los singulares. Singulares independientes, claro está.
Y mientras tanto vuesa merced practica el bello arte de conjugar verbos en desuso para un servidor. Se autocompadece en un mosaico de copias anodinas, cumplidoras de palabra, lejanas a algo en lo que perviva una leve similitud con la honestidad.
Ese gesto cómplice no tiene dueño, y si lo tiene duerme en cama. Y si lo tiene cree ser virtud, defecto de tercero, premio a un esfuerzo.
Qué bello es el silencio del que quiere tenerlo, que nada dice, y tanto se le reprocha. Y es más bello cuando el clima te lo intenta arrebatar con copias anodinas, denostadas, independientes.
De una forma u otra, hasta las ratas tienen flash.

domingo, 22 de enero de 2012

Todo sobre mi cadáver

El resumen de su vida era como un chiste, con un mal guión. Este es un mediocre que entra en un bar y le dice a otro mediocre: ¿nos vamos a vivir juntos?. Compartir diván es casi compartir cama.
Queda lejos Matrix, y hemos abierto los ojos. Fue duro, pero aún así, no usamos pastillas. Ni rojas ni azules. Dicen que la otra parte necesita de recordatorios multicolores diariamente. Todo un signo de fortaleza.
Morir lo cambia todo y aquí se echan en falta atuendos de luto. Alguno ya ha tenido que enfundarse en penas en el pasado. La otra parte no tanto, en su vida multicolor.
En el lejano contexto físico donde respiran, sobreviven como un reloj al que sus agujas empiezan a atemorizar con una retirada. Viven por no morir, por poder elegir si ven tu cadáver en directo o por fotografía.
Poseedores de la felicidad más triste que ver he podido, su desdicha no es fruto del azar, si no de malas decisiones acompañadas, pues, de eso, de pastillas multicolores.

jueves, 19 de enero de 2012

Borrón y hoja nueva

Mancho todo lo que escribo, lo emborrono, cronos desiste en la ayuda y aparece el caos. A veces se debe a mi esencia siniestra, y otras a mis siniestras esencias.
Gloso lo claro, y difumino lo obtuso, lo confuso, el incordio irracional. Pese a escribir con una mano, las dos están manchadas de tinta, indeleble pero reminiscente.
Cada mancha, cada borrón, de perderse en el papel, permanece junto a las muñecas, que la observan con gesto cambiante, un gesto nómada.
Emociones nómadas que van a más cuando vienen, y a menos cuando se van; así, y no de otra forma, es mi extremidad siniestra, tan políticamente incorrecta, que ni sabiendo de la fragilidad del papel se asusta.
Así, y no de otra forma, es la prueba de mi firma, no difícil de demostrar, ni de fácil explicación
Es, y así seguirá siendo, hasta que deje de serlo, cuando la tinta y el papel vuelen, una vez más, a donde habita el caos.
A la habitación sin luz.

sábado, 14 de enero de 2012

Los hombres grises

Es presa fácil de la envidia, de la rabia, la avaricia y alguna que otra mala filia.
Es cazador de dolores y sinsabores, de amores sin direcciones, que la “i” de “frío”tildan.
Dice ser hijo de un tirano, hermano de un buen ciudadano, y esposo de un placer mundano.
Él es un hombre medio, envuelto en soledad y tedio, mediocre sin remedio y aún así se vanagloria.


“Yo no vendo frases, vendo sensaciones, mi lado trágico es tráfico de emociones”.

jueves, 12 de enero de 2012

Agujas y saetas

En uno u otro momento, más de uno deambula por una etapa en la cual parece que vive en un Déjà vu constante. Si se da la casualidad de que no es por un trastorno mental grave, quizás la mejor opción sea reconducir ese presumible tedio a una sensación de bienestar.
Hace poco llegó a mis oídos que sólo se es feliz cuando se alcanza un objetivo. Ese es un gran riesgo, mejor será aprovechar las aspiraciones potenciales.
El sol salió y más tarde se fue. Mientras tanto un tranquilo asperger no encontró motivos para dejar de exprimir el día, con una sonrisa de efecto secundario.
Gracias a la lógica que impera por aquí, mañana será un día ya vivido.
Y qué calma da eso.

lunes, 9 de enero de 2012

Sinónimo de ofender

Una vez más hay que desmontar un mito. Decían los poetas y los futuros diabéticos emocionales que el amor movía montañas. Mover mover, si mueve algo es crédito, de un lado a otro, y miradas, eso sí que mueve, pero la metáfora montañesa parece que queda ahora muy lejana.
Si el amor moviese montañas, el odio movería países enteros, y la venganza, continentes.
Saber gestionar el odio hace que la autosuperación se concrete en forma de éxitos, si consigues pasar la barrera que el miedo traza entre el fracaso y la excelencia.
El amor duerme, esconde, engaña, enmascara la negatividad de la que un ser objetivo no puede negar la existencia.
Si lo entiendes, las cosas son como son, si no las entiendes, las cosas siguen siendo como son.
La motivación y los objetivos a alcanzar marcan nuestra ruta sin retorno. En ello se basa el día a día, y ello será lo que nos defina, no tanto para el resto, si no para uno mismo.
Morfeo baja las persianas que las emociones a priori negativas se encargan de subir.
Qué sería del éxito sin una previa derrota, qué sería del descanso sin el cansancio, y el gozo del aburrimiento.
Que la montaña no te deje ver el continente.

domingo, 1 de enero de 2012

He venido a decirte que...

Se cierra el círculo, se abre uno nuevo. De eso se trata al fin y al cabo, de circular y crear círculos. Escribir no cambia nada, sólo lo envuelve en una fina manta de seda, o en un áspero trozo de tela vieja.
El simbolismo a veces engaña y distorsiona, pero otras adorna un paisaje poco atractivo para ayudarnos a no dar la vuelta. Vueltas o círculos, somos dueños del movimiento.
Aquel que nada hace, nada cambia, estático queda. El eterno retorno circular no tendría sentido sin cambios. No importa volver al punto de partida, eso es lo bonito, recordarlo e imaginar todo lo que hemos recorrido.
Sea o no sea este el último de los círculos, no podremos decir que nos hemos cansado. Cada mañana ha sido un genuino trazo que un bostezo ha dado por terminado.
En un par de vueltas todo habrá cambiado, hasta que todo vuelva a su inicio. En ese inicio ya vivido, búscame. Estoy seguro de que tendré muchas cosas que contarte.