miércoles, 29 de mayo de 2013

El sueño Dahmer

El asesino es un buen hombre. Así, sin más. Su número final consiste en ser reloj, envuelto en una tenue capa de celeridad. Sonará a delicioso eufemismo en oídos toscos, quizás más grave en los zafios y un abrazo a los culpables.
En la ciudad de los malos humos perder algún sentido es hasta gratificante. Esta es la pista que deja la acción, la levísima prueba de que hay algo que late.
Cada punto y cada coma están desgranados en la memoria de un ente que, sin ser más que cuatro letras, acertó con un alfiler a la cara oculta de la luna.
Oficios.
Lo obstinada que es la idea turbia y esquiva de las alucinaciones. De los alunizajes aún no ha dicho nada el príncipe, pereza mediante. Ya le dejarán.
Virtudes.
La corriente alterna entre vida y muerte, entre día y noche, entre yo y todos. El titán restó de más en los cálculos conservadores, pero tranquilos muchachos, saldrán las cuentas.
Vida.
Decía el adicto que ser reloj estaba mal visto, y ahora le doy la razón. Jeffrey no tuvo navidad.
Si hay un verbo que nadie debió siquiera molestarse en escribir es el esperar.

Denle fuego al asesino, que se lo ha ganado.

jueves, 23 de mayo de 2013

El sueño del loco



Ver cómo tus ojos ya no tienen dónde esconderse, tu cuerpo tiembla entre las ansias y no recuerdas el reposo ni durmiendo.
Si no recuerdas no es por mala memoria, si no por esas manos que te hicieron borrar hasta tu nombre, camuflado entre unas sábanas que por amor y pasión no quieren dejarte descansar.
Pasión parece poco cuando hablamos de no hablar, cuando hablamos de sentir con los labios empapados.
Mientras yo estoy perdido, tú pronuncias el deseo rasgando una espalda que es tuya y de nadie más.
Sólo consigo pronunciar el anhelo de que sigas cerca, de que no te quedes quieta.
Necesidad de un hombre afortunado, que puede decir que su lengua juega más que cualquier prenda con tu cuerpo.
Más tuyo que de nadie más, quiero hacerte mía. Quiero que “nosotros” sólo venga unido a fiebre sin cura, sudor que ahoga el miedo y una respiración que amenaza con la retirada.
Hay muchas formas de morir, casi tantas como posiciones en un tablero infinito formado por dos locos que sólo temen no estar juntos.
Después de morir, renacemos y volvemos a asesinarnos, con una mirada que nunca queda en aviso.



domingo, 19 de mayo de 2013

Ser tres

Las mismas letras que a veces bailan sutiles, otras chocan desacompasadas. No escuchan el ritmo de los pasos; primero uno, luego otro. El director clama la ayuda de tres abecedarios griegos por debajo del papel.
No hay batuta que valga dicen los músicos, impotentes al ver desvanecerse las gracias que sus alientos pintaban en el escenario.
La pregunta no sólo había perdido el sitio, echaba de menos tanto su hogar como su sentido.
¿Dónde sigue ese magullado danzante ahora que ha decidido ser música de corazones?
Ni las letras ni los papeles dieron con un suspiro de alivio. Ni siquiera un público entregado a la duda fue el primer movimiento hacia el Sol.
No importó el escenario, ni la hora ni el lugar. Importó lo mismo el reloj que mil arenas. Nada.
Como ya hizo cuando todo iba precedido por un Tic Tac, ella fue la que ordenó sin juicios este desierto quemado.
Y ahora danzan en silencio.



Que alguien dibuje ese beso.

domingo, 12 de mayo de 2013

(A)divina

Conmigo no baila flamenco ni bulerías
vive Galicia mientras canta que está lejos
sabe que soy yo quien la mira
que es mi tesoro, maravilla de sus ojos el reflejo

La escribieron torpe sin saber decirle que es un beso
como quien bebe vacío un vaso así quisieron, y el corazón ileso

Es la sed mi amiga ante el temor a saberme escaso
¿Qué es robarte tiempo y darte alas?
Es esta lágrima la que si me dejas llenará

Un par de copas, o ese vaso.

miércoles, 1 de mayo de 2013

A los niños hay que dejarlos en paz

Eso del silencio es complicado a veces. No sé si las grandes guerras tuvieron algo que ver, pero ahora hasta se piden explicaciones arma en mano. Como si las manos no lo fueran siempre.
Mi silencio no es diferente al resto, sí quizás mi lápiz. Emperrado en que no iba a describir más lágrimas se escondió hasta vivir. La llamo vida, mi reina o mi ruina.
He contado el infinito un número irracional de veces y no es para tanto. No llamaría historia a esa tensión lógica de miedos y derrotas. Tercera guerra mundial de leyes injustas que duró tres docenas menos las primaveras de un quinceañero.
Si la leo de reojo no es que sea tímido, es que prefiero que me vea jugar. La felicidad es cosa de niños desde el momento en que los mayores se emperran en sufrir. Yo la busco con mi caramelo y mi gorra, que la barba es un accidente y el pelo un chiste. Nos vemos en el parque.
Que no os engañen los poetas, la unión se escribe en braille. En la espalda o en la boca con tal de estar juntos. Y después de tantos años, empieza el tiempo.

 Para llegar al cielo hay que pasar por Roma.