domingo, 27 de noviembre de 2011

Feliz cautividad

Se acercan las fechas mis pequeños oligofrénicos. Fechas en plural, evidentemente. A veces parece que no ocurre nada en 11 meses, pero es llegar diciembre y tenemos el calendario acribillado de redondeles rojos, como ronchas en el brazo por las pruebas de la alergia. Y pocas palabras son más descriptivas de estas fechas como esa: alergia. Alergia que no alegría, alergia que hace que estornudemos, tiritemos, nos lloren los ojos y deseemos estar en una cueva lejana donde no haya cánticos plañideros y generosidad más fuera de control que un altruista con una botella de agua en mitad de África.
No es que odie la generosidad, digamos que aunque no crea en ella el resto del año, en diciembre se me hace mucho más insoportable. ¿ A cuanta gente le serviré de paja mental cuando me regale algo?Sentirse bien a mi costa... qué mezquino. Yo soy buena gente en marzo, me gusta más el clima.
Los viejos valores cristianos de la limosna, las rodillas y la lágrima florecen en este invernal ambiente. Pero tranquilos chicos, se marchitan en enero y en febrero vuelves a recibir puñaladas sin lazos. Y menos mal.
En estas fiestas tan señaladas, con monólogo de nuestra majestad incluido, no me regales un perro, que no es un juguete. Regálame tu indiferencia, y que dure. Hasta marzo, que en ese mes soy buena gente.

sábado, 26 de noviembre de 2011

El río y la corriente

No me parezco a Narciso, y mi historia no es ni semejante. Yo sé nadar.
Me gusta el eco de mis palabras por que suelen tener razón, incluso más que yo.
El frescor de las serpientes con su elegante contoneo es suficiente inspiración al salir a la calle. Juegan a desplazarse sobre el terreno que las observa con gesto de incredulidad y admiración. Si le preguntasen sobre el reptil diría que le repugnan, que pasan por encima sin dejar marcas ni les complacen con el tacto al que están acostumbrados. Su lengua es afilada y sus ojos muestran una confianza que provoca una respuesta omisa en el ojo ajeno, pero gritos internos que luchan por salir a la luz.
Ese es el espíritu de la unidad en el conjunto, dejarse la piel sabiendo que no será la última.
El arte de reptar no interesa al museo, pero aún así es musa, que nos ayuda a disfrutar del paseo.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Senectud

Los sabios cambian de opinión, los obcecados no. Me gustan las posturas vehementes, en la cama y en las mesas, con café o con almohadas. Quizás por eso admiro a los reincidentes, emocionales o delictivos. Hacen lo que creen y quieren. Una y otra vez.
Unas cosas llevan a otras cosas, pero a veces unas cosas llevan a las mismas cosas. Pregúntenle a un drogodependiente. Y ya que hablamos de drogas hablemos de política, religión y violencia de género. Creo que tengo un puñal debajo de la cama que...

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Maschera nobile

Sólo debes ordenar las palabras, jugar con ellas, hacer algo de la nada. Podemos describirlo todo con más o menos dificultad, con más o menos precisión, pero podemos.
Desde niño he creído que existe un orden de palabras con el que es posible conseguir lo que se quiera. Hay muchas, debo escogerlas con cautela. No más errores por hoy.
No creas que no estoy, ni que no me esfuerzo en encontrar ese orden. Cuando lo consiga te lo haré saber, y pondré a prueba la magia de las ideas. Una vez más.
Los comediantes no pueden salir a escena sin su máscara. La mía es complicada, se metamorfosea según van pasando las estaciones, la lluvia la deforma. Ahora tiene una muesca impresa bajo una mirada algo perdida, pero ansiosa.
La frase perfecta surge como una sonrisa, como la muerte. Tarde o temprano la encontramos y nada podemos hacer por adelantar su llegada, ni retrasar lo inevitable.
Todo excéntrico es feliz en parte, en su carnaval particular.
Hace tiempo intenté definir mi máscara y no pude, aún no he encontrado las palabras adecuadas.

martes, 15 de noviembre de 2011

Deme o dame

Camarero deme de vivir, por que mis creencias se han despojado de mi
Camarero deme de vivir, por que creo y no sé, por que miro y no observo
Vida dame de beber, por que oigo y no escucho, por que quiero y no amo
Vida dame de beber, por que sé que tengo sed, por que observé al Sol reir

domingo, 13 de noviembre de 2011

Don limpio

El algodón no engaña, ¿no?. Estoy pensando en hacer una prueba: voy a dejar una bolsa de mierda en mitad de la plaza roja y esperar a ver qué ocurre. ¿A qué viene esto? Pues a que según nos comentan los periódicos, es probable que acaben retirando de antena La Noria, ese programón hecho por y para eruditos de la vida vaginal, menstrual y demás intereses escatológicos de la sociedad española. Pero aún no voy a entrar en esa atracción de feria, me quedo con mi bolsa de mierda.
En una tarde y dos noches, muchas y diferentes son las opciones que tiene mi bolsa de mierda, desde pasar desapercibida, a ser violada y secuestrada por alguna minoría étnica... quizás la lleven a un mundo mejor.
Muchos nos reiríamos al ver esa bolsa, rezumando ese dulce olor a...a... a mierda. Otros huirían despavoridos al verla, mientras algunos protestarían hasta que fuese trasladada a otra parte.
Un par de malévolos hombres de traje y corbata les pondrían pegatas de Nike y Puleva.
Bien, dejemos la bolsa de mierda a un lado.... es más, olvidaos de ella, al fin y al cabo sólo es eso... mierda.
La Noria, decía, puede desaparecer de la televisión. La causa primera no ha sido la conciencia de ese conjunto de personas que formamos este bello estado. Ni mucho menos. Han sido empresas privadas, encargadas de mantener el programilla con su publicidad. Los malévolos hombres de traje y corbata están salvándonos de nuestra propia miseria. Entes privados. ¿Regulan la moral y la ética los billetes?... prefiero que sean ellos a la iglesia, pero aún así... ¿no aspiramos a más?.
Cuánto nos gusta criticar a la clase política, a los empresarios, a los ricos, y si son de derechas, mejor. ¿Y nosotros? ¿No se nos puede exigir nada?
Mientras Belén Estéban aparezca en los medios, y sea conocida como la princesa del pueblo, no nos mereceremos nada.
Recordáis la bolsa de mierda, estoy seguro. Esa bolsa causa menos estragos que toda la programación de telecinco junta. Y huele menos a mierda.
Hay personas que no valen nada, y nos encanta. Les regalamos nuestro tiempo y atención a cambio de huir de la mierda de vida que tenemos. Solucionar problemas de mierda con más mierda es un tanto merdento. Peor que los programas electorales de los verdes y la falange española.
El algodón no engaña, decía antes. Probemos a pasarlo por la cara de ese compendio de sarasas, fulanas, y amantes de todo aquello que sale y se mete... pues por la vagina y análogos.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Edu Lorenzo Conde

Hace mucho que no hablamos. La última vez fue embriagado por algún tipo de emoción o sustancia. Te echo de menos.
Solías sonreír, hubiese o no motivo, tú lo encontrabas. Nunca fuiste el blanco de todas las miradas; eras el centro de alguna vida, de forma profunda, pero no de muchas, de forma superficial.
A veces intento parecerme a ti, me pregunto qué harías tú en mi lugar, si te gustaría mi forma de actuar y de pensar. Ha cambiado todo tanto...
Tengo miedo a defraudarte, pero no por ello titubeo en mis decisiones. Tú tampoco lo harías.
Me vendría bien que me recordases tantas cosas, que me llevases contigo a esa ahora abandonada pista de fútbol, y me hicieses ver de donde vengo.
Ojalá nos volvamos a ver, aunque he de reconocer que nunca te marchaste del todo. Aún apareces de vez en cuando, cuando menos me lo espero. Deseo que así sea, y así siga siendo.
Nos lo hemos pasado muy bien juntos, eso es innegable. ¿Crees que me lo pasaré igual de bien dentro de unos años?
Encuentro reminiscencias tuyas en el espejo, cada vez menos claras, pero ahí están.
Queda lejos esa marca en la pared, y esa brecha en la cabeza; ese concierto lacrimógeno y tantas otras cosas igualmente importantes.
Puede que no lo recuerde todo, pero mi forma de ser no se olvida de nada.
Deseo más que nada en el mundo volver a verte, y poder hablar de hombre a niño.
Cuidado con las paredes, y estudia derecho.

Balanzas y vendas

Que nunca dejé de intentarlo, que no me juzgues, que vuelvas a esa ciénaga moral en la que tan a gusto decidiste rendir tributo a tu repugnante persona . Nunca he sido como tú, ni tan grande ni tan pequeño, nunca he pretendido nada, ni nada me fue impuesto para pretender.
Tu búsqueda es superflua, como tu forma de vivir y por lo tanto tú también lo eres. Al fin y al cabo, somos lo que aspiramos a ser. Tu no aspiras a nada, así que, ¿tengo que decir qué eres?.
Hace años que te observo caminar, antes solíamos hacerlo juntos, y parecía que éramos uno.
Esta es una oda al odio, o un epitafio al amor, o simple y llanamente un recordatorio de todas esas angustiosas sensaciones que me transmite tu grandilocuente mentira, a veces denominada vida.
Lo has olvidado todo, quizás nunca llegaste a saber nada, pero yo sí. Eso es lo que me hace abrir los ojos y ver en qué me he convertido, en ver que conseguí aprender sin maestro y mejorar viendo a gente inferior. ¿Acaso puedes decir lo mismo? ¿Son tus mentiras tan fuertes teniendo una base tan débil?
La subjetividad está en el ojo ajeno, y las mejores cosas lo son. Belleza y verdad van de la mano de la duda y el error, pero, ¿quién soy yo para decir lo contrario?...sólo soy dos ojos.
Mi aspiración es la sonrisa impresa en mi cara, de forma incondicional e inamovible, es mi respeto y mis valores. Si en algún momento tuviste un objetivo que no sonara estúpido al definirlo en voz alta, debiste mantenerlo, debiste cuidarlo como tampoco cuidaste tu entorno y aquello que te protegía de la soledad y el desamparo.
Es mentira que el tiempo ponga a cada uno en su lugar, el tiempo pone a algunos donde querían estar, y a otros donde nunca querrían volver.
Yo sólo soy dos ojos, que te vieron y decidieron no volver a verte.
Por suerte.

martes, 8 de noviembre de 2011

Stand by

Brilla mucho, ¿verdad? No todo lo que debería, ni la mitad de lo que llegará a hacerlo.
En el centro de una sala completamente negra, apagada, alguien puso una bombilla.
Duele tanta claridad, ¿verdad? Ojalá no fuese así, pero es difícil equivocar a la realidad.
Lo has podido ver, es más, lo has visto. Tan potente era la luz que espantaste a la sombra.
Tan dependiente es la sombra de la luz como la bombilla de la sala.
¿Qué es la bombilla para la sombra? Nada sin su luz, esperanza para la sala.
Nada fue la sala antes de ver objeto en ella, sin color, sin materia, nunca hubo sala.
Que la bombilla creó la sala, pienso yo, que no hay palabras que la definan sin ella.
Nada ni nadie se llevará la bombilla, pero apaga la luz.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Réstale al cambio

Entierro el altruismo, entierro tu ingenuidad y tu falta de adecuación con la realidad. Y ahora que hemos abierto las puertas a la desaparición, dame dos minutos, que tengo muchas cosas que quiero que te lleves.
La indiferencia es el justo premio para los pobres de espíritu. Yo, en cambio, te regalo una ceremonia.
Ni esclavo ni filántropo, ¿y mi moneda?.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Lágrimas sobre mojado

Una vez más el ruido forma parte de nosotros. Si nadie le dice a ese niño que deje de llorar la situación va a ser insostenible.
En cada calle, en cada esquina, escucho el rugido de cualquier erosión. Frenos bruscos evitando una colisión fatídica en el último instante, monedas que caen al suelo o acaloradas discusiones entre legos en el arte de vivir.
Sólo la lluvia es capaz de espantar a la basura que con el tiempo aprendió a caminar, y te regala un momento de catarsis mientras observas en calma que todos han huido. La noche llega pronto y ya nada me ciega, y si lo intentase le daría la espalda.
El casi poético precipitado, es música para el alma y hogar para el sin techo.
Acaba de empezar la estación del cambio, y quiero que sea en silencio.
Una vez más, que llueva.