domingo, 30 de octubre de 2011

Tipo de incógnito, tipo de mérito


Como en todas las vacaciones he estado meditando profundamente. Quiero fundar una organización secreta, pero no como los masones o estas pseudo sectas judías de dominación económica y política, quiero fundar una organización respetable por los que conozcan de su existencia.
Me gustaría reunir a un grupo no muy numeroso de individuos y llegar a un objetivo común. Pero desde el secreto claro, nada de hablar en bares a gritos de nuestros planes de dominación. Nos haríamos un tatuaje característico pero poco llamativo, como por ejemplo a Bob Esponja con una hoz y un martillo, o un miembro viril con ciertos síntomas de venéreas. Ante todo, discreción.
Los temas a tratar poco importan, lo trascendente es que nos comportemos como si tramásemos algo. Entre nosotros claro, reitero lo de la discreción.
La vestimenta es libre, no hay uniforme, sólo un inamovible ceño fruncido. Ahora que lo pienso, puesto que soy el fundador, prohibiría las barbas de tres días en el seno del grupo, quiero destacar por algo que no sea mi labia y mi ahora obligatorio ceño fruncido.
La escala jerárquica se definiría desde el primer momento, las cosas claras, y ambiciones las justas. Que se sepa quién es el líder afianzará el funcionamiento y la organización en sí.
Apodos, gestos, saludos... todo se iría viendo mediante las reuniones pertinentes, todas bien clarificadas con un tiempo no inferior a dos horas de las mismas.
Si no nos planteamos un objetivo dominaremos el mundo.
Como a todos los genios se me ha escapado la parte más formal de todo esto.. ¿cómo denominaremos esta organización secreta?
Lo tengo: "grupo de amigos"
Ante todo, discreción.

sábado, 22 de octubre de 2011

Vicios y ...


¿Te consideras afortunado? Esta pregunta típica de manual de autoayuda parece que no cala hondo en la gente, o puede que cale demasiado.
Fortuna y virtud. Maquiavelo ya explicaba su forma de ver el mundo, la vida, el éxito, el fracaso. La proporción no es áurea, es la que es, y es crucial, definitoria y definitiva.
No anda el mundo sobrado de virtuosos, ya no hablamos de arete general, si no un poco de virtuosismo en un área determinada. No pido un abogado sobresaliente, único e inigualable, que en su casa persista en la excelencia como padre, marido o amante, no es necesario.
¿Cuánto hace que no hablas con alguien verdaderamente interesante? Sin obligación, sin necesidad, voluntad pura, sin conexiones. ¿Hay alguien a mi alrededor que haya tenido 24 horas de cierta e incuestionable virtud? ¿Por qué creamos palabras e ideas que no son alcanzables?. Quizás sea un punto alto por el que mejorar, un objetivo imposible, que pese a no llegar a conseguir, nos acerca peligrosamente a la perfección, nos acerca a la felicidad del sabio, a la autosuficiencia de un animal solitario.
A veces pienso en todo lo que los aspirantes a la virtud hacen, y sólo veo impotencia. Duele más un espejo que una palabra, y más una palabra que un puñal. A día de hoy parece digno de una película de Tom Cruise intentar cambiar tu entorno, hacerlo mejorar, hacerlo pensar. Sólo aspiramos a su duda. Aspiro a provocar esa duda que inicie el proceso que es ser persona, que es evolucionar, progresar.
No se pueden hacer espadas con plumas, ni sombreros con piedras. No se puede jugar con ortigas ni dialogar con mediocres.
La igualdad es un invento del hombre para gestionar la diferencia. Ojalá hubiese un par de clones a mi alrededor. Les daría un abrazo después de agradecerle que viniesen en un momento tan importante.
Virtud. Con lo fácil que es dejarse abrazar por la idiocia, me fue a salir inquieto el niño.
Mejor será que tire una moneda.

domingo, 16 de octubre de 2011

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Octubre es el mes de la oportunidad. Oportunidad para no hacer nada, claro está. Con septiembre enterrado y la navidad aún en proceso de gestación (por mucho que en el Eroski se emperren en traer Suchard con 30 grados aún en el ambiente), este es el mes del goce y disfrute para ese sector en peligro de extinción que se dedica a estudiar.
Estamos hechos de otra pasta (de la de nuestros padres, que no la nuestra), y lo demostramos jugando a los médicos con un par de copas de más. El problema es que el doctor Zhivago se confundió el colirio con lejía.. pero eso es otro tema. Un chascarrillo, dos comentarios aislados en los telediarios y listo,todo olvidado. Cosas de niños.
Pero no nos desviemos del tema, que es octubre y no es tiempo es críticas, es tiempo de aprovechar el tiempo, que ya saben, hay tiempo para aprovechar y tiempo para zapatear por los lindes del espacio-tiempo. Eso último lo aprendí en la iglesia, que aunque algunos lo usen para ligar yo fui por obligación... moral?.. no. física. Hay un anuncio que resume todo eso en 30 segundos. Time force se llamaba, toda una declaración de intenciones.
Menudo caos de ideas. No es que esté espeso, es que el desorden está poderosamente infravalorado y quiero echarle una mano. Al desorden. Cosas de adultos.
Ingenuos y rubias alejaos del camino del elegido, que pese a no andar en paños menores también está muy enajenado. Si todo hombre es discípulo de una palabra profunda, yo te aconsejo un golpe contra la pared. Aquí no hay palabras profundas, hay superficiales formas de decir profundas cosas.
Os presento a la otra cara del asperger, la más inconexa. Me gusta ese tipo, camina como si supiese que está loco, lo admiro. Admirar admirar tampoco, que no es un cuadro, pero reconozco que cuando sale a relucir me entran ganas de hacerle preguntas obscenas como... ¿te gusta la comida china?.
No se puede ser narcisista si eres bipolar, por que no eres tú, eres otro. Afortunado el o la que ame a los dos. Pero eso vuelven a ser palabras mayores, palabras de oro, enmoheciéndose en la antecámara de un oído indigno.
La legítima protesta a la calle, que a los locos hay que dejarlos en paz, y yo sólo intentaba hablar de octubre, el mes de la elocuencia.

domingo, 9 de octubre de 2011

Caminos, canales y geología emocional


No hay nada peor para el caminante que las piedras de los zapatos. Molestas, incómodas e insufribles incluso.
Piedras grandes, otras pequeñas, piedras bonitas, piedras feas. Pero al final sólo son eso, piedras.
Las más pequeñas casi no dejan marcas, prácticamente se van solas. Las más voluminosas dificultan mucho el bello arte de andar. Todas y cada una de esas piedras fueron entrando en los zapatos, tuvieron su momento de gloria y se condenaron a si mismas a ser expulsadas, como piedras que son.
Caminar es duro per se, suficiente como para tener que disculparse con cada pequeña china que decidió cruzarse en tu camino a su cuenta y riesgo. No es su culpa, el calzado permitió la entrada.
Las piedras en sí no te dejan en la estacada, quizás sean las ampollas que causan lo que te castiga y te invita al abandono. Eso nunca.
Paremos un momento, saquémonos los zapatos y a seguir. Y si ves que no puedes, cambia de zapatos y cómprate una venda.
Heridas quedarán, marcas imborrables que te recuerdan todo lo sangrado. Es inevitable.
Por suerte, yo no pienso con los pies.

lunes, 3 de octubre de 2011

La ruta de las monedas


Dicen que no es posible encontrar algo en mitad de la nada. Deberían preguntarle a esos pocos afortunados que viendo la muerte delante se toparon con un oasis en mitad de las punzantes arenas del desierto. Y no era un espejismo.
Nunca me ha gustado el azar, pero por el mero hecho de existir dependo de él. Oscilante dependencia que a veces trae arena, y otras oasis. Agradezco a esa moneda que saliera cara, a mi mano y al viento por contribuir a la causa, y al miedo por haberse quedado en casa, echando la siesta.
Sólo el tiempo en general y el futuro en particular saben si ha sido puramente azar, o haber seguido una ruta acertada, quien sabe siquiera si merecerá la pena.
Sólo dos letras diferencian “imposible” de “posible”. No suponen nada en comparación con todo un abecedario de razones y esperanzas.
Dicen que no es posible encontrar algo en mitad de la nada. Quizás lo han encontrado todo.