sábado, 10 de septiembre de 2011

De dados y monedas


En algún lugar entre la excusa y la mentira encontraste en qué creer. Realidad equivocada de imperceptibles consecuencias por lo inefable de su esencia y su entera raíz.
Fe ciega es la redundancia hecha epíteto. Lo invisible de la fe es necesario para el creyente,si quiere seguir vistiendo ese traje como si de un maniquí se tratase.
Si el dolor es el castigo, el miedo al dolor es el mismo infierno. Por ello, y no por bondad o cualquier sentimiento edulcorado y posiblemente creado y difundido por la poesía, vende el ciego su razón en manos de sus temores.
Santificado sea aquel que no necesita del escudo de la ignorancia, que el amor es suficiente para crear un camino y atreverse a recorrerlo.
Un minuto de silencio para aquellos que dejaron el horrible mundo terrenal para viajar al angustioso mundo de la nada, con miedo en sus ojos, pero la verdad incrustada en su sien.
Belleza es ausencia de dolor, verdad ausencia de mentira, fe ausencia de razón y de valor.
Nunca fue cierto que la retirada fuese una victoria, y huir de la vida no puede ser la ratio essendi de la misma.
Nada que se niegue a si mismo en su esencia es producto de la virtud. Fe en el azar, no en la muerte.
Rezo por que salga el canto al lanzar una moneda, y por ello duermo tranquilo.

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