domingo, 1 de abril de 2012

El jabón sin dueño y el dueño sin jabón

Como del deber vive el justiciero, de la virtud el solitario. La propiedad es tan antigua como el hombre mismo y pese a todo,aún es necesario poseer.
Juguemos a limar, rasguemos cómodas asperezas. Agarra con seguridad tu propiedad, tus virtudes, y si la vanidad no ha hecho excesiva mella, los vicios.
Limemos con honestidad, y verás cómo van separándose y precipitándose el miedo, la angustia, el egoísmo, el interés, el capricho, la complacencia, la falsa adoración y sus hermanos.
Ha desaparecido hasta el recuerdo de aquello que agarraste firmemente. Hasta su sombra juega ahora con un futuro imposible.
Una vez limada la propiedad desaparece, pero, ¿siempre?.
Dime qué posees, y te diré qué no posees.
Créeme hermano, odiarás la honestidad hasta que tus uñas te hagan daño.

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