lunes, 19 de noviembre de 2012

Al compass del ciego

Alcanza la constancia aquellos parajes que nadie se atrevió a mirar. Desajustes volitivos de económico diagnóstico, situaciones tasadas que se adhieren a una realidad perniciosa para aquellas mentes cabales que perdieron el Norte en el frío Este. En este frío Norte donde el Sur es una idea anticuada.
Y ese fue el mayor acto de vanidad, o de inconsciencia. Dejar de brújula un reloj y el tiempo volando tras bandadas de nómadas viajantes.
Si la profundidad es cosa de mares y poetas, navegaré en superficiales aguas plagadas de horas impares, donde ni queriendo se puede interceder entre mi balsa y mi calma.
No es cuestión de ser o no ser, es quizás una duda pintada con un color sencillo. Esas grandes y costosas escalas cromáticas son también propiedad de mares y poetas.
A complicadas preguntas, simples respuestas.
Estoy en casa.

Cree el artista que todo es bello, el cínico que todo es gris
el creyente que todo existe, y el empático que todos sienten
el optimista que todo es “si”, y un actor que todos mienten.

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