- ¿ Y qué me dices de su falta de visión? ¿Acaso no es terriblemente molesta?.
- Ver bien complica las cosas, y ya son demasiado difíciles mirando de reojo.
- Pero, ¿ y esa honestidad de la que haces gala? ¿ la usas cuando te es propicia o directamente es un simple recurso para atacar a los demás?
- Entiendo que no quiera ver, igual que entiendo que un pobre pida una moneda, aunque le deshaga por dentro, a veces es necesario protegerse.
- Entonces, ¿por qué tú no lo haces?, ¿por qué racionalizas tu entorno y justificas su cobardía? ¿te gusta ser un mártir? ¿quieres serlo?
- No soy un mártir, no busco que nadie me vea como algo parecido a eso, simplemente asumo que yo no podría vivir de otra manera, pero yo no soy tú, ni otra persona. Tu beneplácito sobra, y el martirio es cosa de los que muestran afinidad por el honor, y esos inventos gramaticales de los que se sienten victoriosos en su derrota vital.
- Vuelves a hacerlo, vuelves a dar por malo lo ajeno, pero lo justificas si con ello son felices.
- ¿Ellos son felices no? Deben estar rodeados de mentiras que funcionan, resulta envidiable.
- Eres un infeliz.
- No me mientas.
viernes, 3 de febrero de 2012
Normalmente sí
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