sábado, 10 de marzo de 2012

De gestos y jetos

Ser diestro en el lenguaje no verbal es una gran virtud. El mayor defecto del Asperger, pero no hay dos personas iguales. Sólo un ídolo común.
Lenguaje no verbal, decíamos. Una duda celeste... ¿analfabetos funcionales entran en el juego?
Consiguen expresarse con graznidos, lo cuál deberíamos interpretar casi como una “prolongación” del L.N.V. Pero no es día de divagaciones sin fundamento, así que lo dejamos ahí, en el aire.
Gestos dicen, gestos mienten. Dicen que los gestos no mienten pero mienten, como poco se equivocan, que no es poco. Mucho es decir la verdad, demasiado a veces, y tan innecesario.
Escribir y hablar barroco, denso, ágil, y seco. Se antoja histriónico, rozando lo enfermizo, cuando no prospera. Qué capitalista suena el éxito, tan económico, de la escuela reduccionista del “acierto/error”.
Y cuentas, comentas, criticas y evalúas, examinas y te expones, enjuicias y por último... huyes.
Trivializado ya el interior del ser, y disfrutando de unos largos en el fango la palabra, sólo nos queda el lenguaje no verbal.
Pierde el tiempo en un cajón de sastre, aviso, no hay nexos. Y si los hay son míos, y no te los dejo.
Como diría el filósofo, “palabras, palabras,qué sería yo sin ellas”.
Un virtuoso del lenguaje no verbal, o un analfabeto.
In the Guetto.

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