martes, 1 de enero de 2013

Before i forget

Antes de que me olvide, permítame decirle que ojalá no la hubiera conocido. Permítame decirle también, ya que la noto con ganas, que su hogar es ruina de facto y además de ciego hay que padecer de un desinterés enfermizo para no percatarse de ello. Uno hasta se olvida de lo sencillo que puede resultar respirar cuando está a mares y algún vuelo de mi.
No es mi humilde persona poseedora de mucho bien, si bien a malas soy bueno. Tampoco poseo muchas verdades ni perennes perfecciones;  y aún así mi hemisferio vanidoso se cree poseedor de la más absoluta razón cuando excreta descripciones de su tan señorial escoria.
Su excelentísimo pedazo de basura en tierra permítame y ahora por placer, ya que veo del todo improbable que consiga olvidarlo, decirle que me repugna la sola idea de volver a soportar la mirada en tan sucio paraje.
Ahora que me percato, creo que me he dejado las palabras decorosas en el otro pantalón, y en este justo instante sólo ansío ver en llamas lo que en mi tierra se llama ceniza, lo que en la suya se llama cultura.
Si le apetece, dama del averno, podemos discutir sobre ello, pero con tierras de por medio; con historias, tiempos, descansos, vidas, muertes, lágrimas y sobre todo naciones por medio. Por arriba, abajo, acción u omisión.
Estoy seguro de que me he olvidado de algo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario