sábado, 12 de noviembre de 2011

Edu Lorenzo Conde

Hace mucho que no hablamos. La última vez fue embriagado por algún tipo de emoción o sustancia. Te echo de menos.
Solías sonreír, hubiese o no motivo, tú lo encontrabas. Nunca fuiste el blanco de todas las miradas; eras el centro de alguna vida, de forma profunda, pero no de muchas, de forma superficial.
A veces intento parecerme a ti, me pregunto qué harías tú en mi lugar, si te gustaría mi forma de actuar y de pensar. Ha cambiado todo tanto...
Tengo miedo a defraudarte, pero no por ello titubeo en mis decisiones. Tú tampoco lo harías.
Me vendría bien que me recordases tantas cosas, que me llevases contigo a esa ahora abandonada pista de fútbol, y me hicieses ver de donde vengo.
Ojalá nos volvamos a ver, aunque he de reconocer que nunca te marchaste del todo. Aún apareces de vez en cuando, cuando menos me lo espero. Deseo que así sea, y así siga siendo.
Nos lo hemos pasado muy bien juntos, eso es innegable. ¿Crees que me lo pasaré igual de bien dentro de unos años?
Encuentro reminiscencias tuyas en el espejo, cada vez menos claras, pero ahí están.
Queda lejos esa marca en la pared, y esa brecha en la cabeza; ese concierto lacrimógeno y tantas otras cosas igualmente importantes.
Puede que no lo recuerde todo, pero mi forma de ser no se olvida de nada.
Deseo más que nada en el mundo volver a verte, y poder hablar de hombre a niño.
Cuidado con las paredes, y estudia derecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario