El algodón no engaña, ¿no?. Estoy pensando en hacer una prueba: voy a dejar una bolsa de mierda en mitad de la plaza roja y esperar a ver qué ocurre. ¿A qué viene esto? Pues a que según nos comentan los periódicos, es probable que acaben retirando de antena La Noria, ese programón hecho por y para eruditos de la vida vaginal, menstrual y demás intereses escatológicos de la sociedad española. Pero aún no voy a entrar en esa atracción de feria, me quedo con mi bolsa de mierda.
En una tarde y dos noches, muchas y diferentes son las opciones que tiene mi bolsa de mierda, desde pasar desapercibida, a ser violada y secuestrada por alguna minoría étnica... quizás la lleven a un mundo mejor.
Muchos nos reiríamos al ver esa bolsa, rezumando ese dulce olor a...a... a mierda. Otros huirían despavoridos al verla, mientras algunos protestarían hasta que fuese trasladada a otra parte.
Un par de malévolos hombres de traje y corbata les pondrían pegatas de Nike y Puleva.
Bien, dejemos la bolsa de mierda a un lado.... es más, olvidaos de ella, al fin y al cabo sólo es eso... mierda.
La Noria, decía, puede desaparecer de la televisión. La causa primera no ha sido la conciencia de ese conjunto de personas que formamos este bello estado. Ni mucho menos. Han sido empresas privadas, encargadas de mantener el programilla con su publicidad. Los malévolos hombres de traje y corbata están salvándonos de nuestra propia miseria. Entes privados. ¿Regulan la moral y la ética los billetes?... prefiero que sean ellos a la iglesia, pero aún así... ¿no aspiramos a más?.
Cuánto nos gusta criticar a la clase política, a los empresarios, a los ricos, y si son de derechas, mejor. ¿Y nosotros? ¿No se nos puede exigir nada?
Mientras Belén Estéban aparezca en los medios, y sea conocida como la princesa del pueblo, no nos mereceremos nada.
Recordáis la bolsa de mierda, estoy seguro. Esa bolsa causa menos estragos que toda la programación de telecinco junta. Y huele menos a mierda.
Hay personas que no valen nada, y nos encanta. Les regalamos nuestro tiempo y atención a cambio de huir de la mierda de vida que tenemos. Solucionar problemas de mierda con más mierda es un tanto merdento. Peor que los programas electorales de los verdes y la falange española.
El algodón no engaña, decía antes. Probemos a pasarlo por la cara de ese compendio de sarasas, fulanas, y amantes de todo aquello que sale y se mete... pues por la vagina y análogos.
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