jueves, 22 de diciembre de 2011

Dahaka

Se fueron sucediendo los días suficientes hasta que el definitivo llegó. Hicieron falta dagas, escudos, sangre y lágrimas. Muchas lágrimas.
Fue necesario ser paciente para reunir a un ejército imposible de ser derrotado. La esperanza no abandonó la partida más severa de mi tiempo. No le dejé, no me dejó.
Renegar de tus líneas. Caminos, destinos y linaje. El enemigo te quema mientras le vences. Todo en él es dolor, todo en él es cicatriz. Huellas de un conflicto. Recuerdos de un hogar.
El punto de inflexión será la consumación de la victoria. El orgullo de la honestidad, el honor de mantenerte firme en mitad de llamas y tempestades.
Regalo mis bienes más preciados, mejor tasados, más útiles. Pero no deshecho mi tiempo ni mis valores.
Seré uno y trino, si es preciso. Seremos un mundo contra un bache. Seremos fuertes, observando el Sol.
El peso de los hombros ha sido aliviado por vosotros, y juntos, una vez más, seremos uno.
Uno y trino.

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