Se cierra el círculo, se abre uno nuevo. De eso se trata al fin y al cabo, de circular y crear círculos. Escribir no cambia nada, sólo lo envuelve en una fina manta de seda, o en un áspero trozo de tela vieja.
El simbolismo a veces engaña y distorsiona, pero otras adorna un paisaje poco atractivo para ayudarnos a no dar la vuelta. Vueltas o círculos, somos dueños del movimiento.
Aquel que nada hace, nada cambia, estático queda. El eterno retorno circular no tendría sentido sin cambios. No importa volver al punto de partida, eso es lo bonito, recordarlo e imaginar todo lo que hemos recorrido.
Sea o no sea este el último de los círculos, no podremos decir que nos hemos cansado. Cada mañana ha sido un genuino trazo que un bostezo ha dado por terminado.
En un par de vueltas todo habrá cambiado, hasta que todo vuelva a su inicio. En ese inicio ya vivido, búscame. Estoy seguro de que tendré muchas cosas que contarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario